A sus 36 años, Kevin Durant sigue siendo, para muchos, el anotador más puro de la NBA. Sin embargo, hay quienes creen que pudo haber conseguido aún más, pese a contar con un palmarés que incluye 2 títulos de la NBA, 4 oros olímpicos, 1 oro en el Mundial FIBA, un premio MVP, 2 MVP de las Finales, un MVP olímpico, un MVP mundialista y 4 títulos de máximo anotador. En cada equipo que ha jugado, Durant no solo ha ganado, sino que ha sido el mejor jugador y el máximo anotador.
Su juego elegante y fluido, su mecánica impecable y su toque de seda siempre han transmitido la sensación de que puede hacer cualquier cosa en la cancha. Muchos dudaban que su físico delgado resistiera en la NBA, y tras romperse el tendón de Aquiles derecho en la Final de la NBA 2019, hubo quienes creyeron que su dominio había terminado. Pero volvió más eficiente que nunca.
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La etiqueta que incomoda a Durant
Miembro dos veces del exclusivo club del 50-40-90, y después de esa grave lesión y de dejar a los Golden State Warriors, Durant promedia 27.6 puntos con 53.7% de acierto en tiros de campo, 42.9% en triples y 87.1% desde la línea, todo esto después de cumplir 30 años. En playoffs, tras esa lesión, sus números son de 29.1 puntos, 48.2% de campo, 37% en triples y 87.6% en libres en 31 partidos.
Aun así, le molesta ser reducido a "solo" un anotador. "30 mil puntos con pocos intentos. Soy el sueño de cualquier entrenador. Pasador, dominé el arte de anotar a los 24 años. Ya basta, no me importa ser el mejor anotador de la historia. Me estás quitando grandeza cuando me llamas así," escribió Durant en su cuenta de X.
Kevin Durant ‘20-21 post-achilles scoringpic.twitter.com/ItFCCXGswn
— MrBuckBuck (@MrBuckBuckNBA) August 9, 2025
El verdadero pionero del nuevo jugador alto
Antes de Giannis Antetokounmpo o Victor Wembanyama, Durant ya había roto el molde del jugador alto tradicional. Con 2.11 m, abrió una nueva era para los interiores capaces de lanzar desde fuera, atacar el aro, crear para sus compañeros y liderar transiciones. Así como Stephen Curry revolucionó el triple y LeBron James impulsó la era del baloncesto sin posiciones fijas, Durant inspiró a que en los Drafts se apueste por la proyección a largo plazo de jugadores imposibles de defender.
El ejemplo más reciente fue como en el 2024, Zaccharie Risacher (2.06 m) y Alex Sarr (2.13 m) fueron las dos primeras selecciones: aleros altos con tiro exterior y capacidad defensiva, moldeados para ser "códigos de trampa" contra cualquier defensa, tal como Durant lo ha sido durante toda su carrera.
Mucho más que un anotador letal
Con el tiempo, Durant amplió su repertorio. Mejoró en el rebote, perfeccionó su rol como protector de aro desde el lado débil y fortaleció su capacidad de creación de juego. Siempre rodeado de estrellas como Russell Westbrook, James Harden, Curry, Kyrie Irving o Devin Booker, no necesitó monopolizar el balón. Especialmente después de su lesión, se volvió un anotador aún más eficiente que en sus inicios.
Aunque intenta desprenderse de la etiqueta de anotador, es difícil no reconocerlo como uno de los tiradores más implacables que ha visto la NBA. Su legado, sin embargo, va mucho más allá de encestar: Durant redefinió lo que un jugador alto podía hacer en el baloncesto moderno.
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